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ramirezenrique

marchas de los claveles rojos 2011

Caracas, febrero 21- La vigilia del sabado 19 fue el punto de encuentro de un mar de venezolanos en la casa Museo Alí Primera, en Los Taques. Los cantores que habían estado el viernes en el acto del Incret en Caracas, también estaban llegando. José Montecano los iba recibiendo mientras los abrazos entre camaradas que tenían tiempo sin verse se multiplicaban.

Luego la tarima, los cantos hasta el amanecer, Sol Musset tratando de que todo estuviera bien, y colegas de algunos medios (la radio del Sur y Vive televisión entre ellos) desplegando micrófonos, luces, grabadoras. Los medios alternativos y comunitarios, por su abundancia, contrastaban con esa orfandad de los llamados medios nacionales que cada día representan menos al verdadero país que se desarrolla en el interior del territorio.El Taylor, José Roberto Duque, una hija de Zobeida la muñequera, Familias llegadas con su propio esfuerzo, de Yaracuy, de Filas de Mariches, del Zulia, de Trujillo, de Caracas, con el 23 de enero con mención especial, de otros países, de Guarenas, Puerto La Cruz, en fin, de todas partes comenzaron a unirse a la alegre juventud de la UNEFA, de la UBV, de la Fuerza Armada, de los Infocentros, de los trabajadores petroleros, de los Consejos Comunales,  de las Misiones que en Paraguaná florecen, del pueblo del municipio Los Taques y de Punto Fijo.

El día estaba claro, bonito como esa convocatoria de claveles que  hace Alí y cuya tarjeta de invitación reposa intacta en el corazón de esa militancia  engarzada a la gratitud por el pana que tanto nos dio y nos enseñó. Emociona ver a los ancianos  llevados de la mano por jóvenes que no vivieron esa etapa vital del padre Cantor, pero la conocen por sus padres, por sus mayores, por el eterno boca aboca de la canción bolivariana.

A las 10 de la mañana dominical retumbó el Himno Nacional: Era la seña para comenzar a marchar desde la casa de Alí hasta el sitio de su siembra. Pepe Iglesias, alcalde de Los Taques iba sobre un camión con el sonido arengando, dado vivas a la Patria Buena y su proceso Bolivariano y al componente humano que en nombre de todo el país marchaba con claveles rojos. La voz de Alí Primera retumbaba y miles de venezolanos multiplicaban el coro, clavel y puño en alto.

El resto fue un canto constante, las consignas al aire, el agua oportuna,  y el pueblo mostrando los afiches de Alí que habían salido encartados en el diario Nuevo Día.

Fueron dos horas de marcha con el sol a medio cielo, y una hora más rodeando el lugar donde está sembrado el compañero cantor, porque todos los cantores querían dejarle notas de compromiso permanente.

Y luego el retorno. Algunos inmediatamente a su lugar de origen y otros a proseguir el canto multiplicando la promesa de que los claveles rojos para Alí jamás se marchitarán.

Agradecemos infinitamente la solidaridad de los colegas del diario Nuevo Día y de su director, Oswaldo García, que nos permite, a través de la lente de su reportero gráfico César Monfrino compartir la secuencia de la Marcha de los Claveles Rojos de este domingo. Así se hace camino, junto al que nunca podrá ser llamado muerto. Alí Primera está más vivo que nunca.



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